Sector automotriz: Clave en la relación México-EE.UU.

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El sector automotriz es fundamental en la relación comercial entre Estados Unidos y México, por su relevancia económica, integración productiva y generación de empleo. Ante la reciente decisión de aplazar los aranceles del 25%, previstos inicialmente por el expresidente Donald Trump, hasta el próximo 2 de abril, ambas economías respiran aliviadas por los fuertes lazos de dependencia que mantienen en esta industria.

A continuación, analizamos las razones que convierten al sector automotor en una pieza indispensable para ambos países.

Importancia del sector automotriz en la economía mexicana

La industria automotriz representa uno de los principales pilares económicos de México, consolidando al país como uno de los mayores fabricantes de vehículos a nivel global. Según cifras recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), al cierre de 2024 las exportaciones automotrices mexicanas ascendieron a 193,907 millones de dólares, representando el 35% del total de exportaciones manufactureras del país.

Además, esta industria contribuye significativamente a diversos indicadores económicos:

  • Ocupa el 18% del Producto Interno Bruto (PIB) manufacturero mexicano.
  • Aporta alrededor del 4% del PIB nacional.
  • Genera aproximadamente un millón de empleos directos formales.

La actividad automotriz en México se concentra principalmente en estados estratégicos como Coahuila, Nuevo León, Guanajuato, Puebla, Estado de México, Aguascalientes y San Luis Potosí.

Entre las principales empresas estadounidenses establecidas en territorio mexicano destacan gigantes como General Motors y Ford —cada una con dos fábricas— y Stellantis, productor de vehículos de lujo y motores.

Cadena de suministro integrada entre México y EE.UU.

La interdependencia de ambos países en el sector automotriz se expresa claramente en su cadena de suministro. Según información de la Industria Nacional de Autopartes (INA), aproximadamente el 74% de los insumos directos e indirectos necesarios para ensamblar vehículos en México provienen de Estados Unidos.

Además, muchas autopartes cruzan la frontera bilateral hasta ocho veces antes de finalizar su producción, reflejando un alto grado de integración productiva. Precisamente este intercambio complejo y dinámico es uno de los motivos por los cuales los gobiernos intentan evitar la imposición de aranceles.

Según estimaciones de la INA, un eventual arancel del 25% a las importaciones mexicanas incrementaría en cerca de 3,000 dólares el precio promedio de los automóviles vendidos en Estados Unidos. Asimismo, señala que si los EE.UU. decidieran limitar las adquisiciones de vehículos provenientes de México y Canadá, deberían invertir más de 50,000 millones de dólares en la creación de 18 nuevas plantas ensambladoras.

Comercio automotriz dentro del T-MEC

El comercio automotriz constituye el mayor segmento del intercambio comercial en Norteamérica, generando alrededor del 22% de todo el comercio incluido bajo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

La Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) revela que el 80% de los vehículos ligeros exportados desde México tiene como destino Estados Unidos. Asimismo, nueve de cada diez autopartes utilizadas en fábricas ensambladoras estadounidenses son de origen mexicano.

Gracias al tratado comercial vigente, la Inversión Extranjera Directa (IED) en el sector autopartes experimenta gran dinamismo. Tan solo en el tercer trimestre de 2024, la IED en este sector alcanzó los 2,300 millones de dólares, mostrando un crecimiento del 18% anual.

El sector automotriz entre México y EE.UU. representa un elemento estratégico y beneficioso para ambas economías. Más allá de cifras e intercambios comerciales, esta industria implica un complejo entramado económico que impulsa el empleo, atrae inversiones internacionales y fortalece los lazos entre ambos países.

Queda por ver cómo se desarrollarán las negociaciones futuras ante la amenaza de nuevos aranceles y cómo influirán estos factores en los precios y flujos comerciales bilaterales. ¿Lograrán ambas naciones mantener esta alianza automotriz como un motor clave de su desarrollo conjunto?