La revolución de la inteligencia artificial (IA) ya no es futura, es presente. Sin embargo, todavía hay quienes siguen sin aprovechar su potencial en el entorno laboral. Las excusas abundan: “mi empresa no me deja usarla”, “es que a veces alucina”, “yo ya tengo Copilot”… Pero la realidad es una: negarse a usar IA hoy es una decisión costosa que te pone en desventaja profesional directa.
La IA ya supera al ser humano… y lo hace cada mes
Según los benchmarks actuales, modelos como GPT-4, Claude 3 y Gemini 2.5 Pro ya superan ampliamente las capacidades cognitivas promedio humanas. Y cada mes emerge un nuevo modelo más potente que el anterior, capaz de razonar, escribir, programar, diseñar e incluso generar código más rápido y eficientemente que muchos profesionales.
Esto no significa que millones de personas vayan a perder sus empleos mañana, pero sí que quienes no se adapten a este cambio corren un riesgo real. Usar IA para tareas simples como resumir textos o corregir ortografía no es aprovechar su poder: es apenas rozarlo.
Copilot no basta, necesitas dominar más
Herramientas como Microsoft Copilot pueden ser un punto de partida, pero no son suficientes. Los verdaderos profesionales ya están usando herramientas como Cursor, WindSert, Claude Code, Gemini, ChatGPT con custom GPTs, y más. ¿La diferencia? No es solo en velocidad, sino en el tipo de soluciones que se pueden construir.
En diseño, por ejemplo, el nuevo generador de imágenes de GPT-4o permite transformar bocetos en thumbnails hiperrealistas en segundos. ¿Cuánto tiempo y recursos ahorra eso en una agencia? En desarrollo, el bi-coding (codificación dirigida por prompts e iteración) ya es estándar en startups, muchas de las cuales generan el 95% de su código con IA, según Y Combinator.
Las herramientas existen, la decisión es tuya
¿Sabías que muchos usuarios de ChatGPT pagan por la versión Plus y nunca cambian el modelo? Ni siquiera conocen las diferencias entre GPT-4o, O3 Mini o los modelos de razonamiento. Usar IA sin entender sus capacidades es como tener una Ferrari y no pasar de segunda.
Los datos lo confirman: un tercio de los programadores profesionales no usa IA en su día a día. Y no porque no exista la herramienta adecuada, sino por resistencia al cambio o falta de formación. Incluso los problemas actuales —como duplicación de código, errores frecuentes o alucinaciones— son gestionables si se entiende cómo funciona la tecnología y se tiene una base sólida.
El ego no es estrategia
Uno de los grandes obstáculos es el ego: “ya sé usar IA”, “yo soy senior”, “mi equipo ya tiene procesos”. Pero la velocidad del cambio no espera. En palabras de Google y OpenAI, cada mes de desarrollo en IA equivale a una década en otras industrias. El conocimiento se está volviendo obsoleto más rápido que nunca.
La única solución es formarse constantemente. Ya existen cursos especializados en prompt engineering, fundamentos de modelos de lenguaje (LLMs), instalación local de modelos como DeepSeek o Llama, y herramientas como GitHub Copilot, Cursor, Claude Code o Gemini con Canvas.
¿Excusas o evolución?
La IA está transformando todos los campos: diseño gráfico, desarrollo de software, marketing, ventas, educación. Y aún estamos en los primeros capítulos. Lo que hoy no puede hacer, lo hará dentro de semanas. El momento de aprender y experimentar es ahora.
El equipo de Platzi lo dice claro: dejar pasar esta ola no es solo una mala decisión, es una estrategia peligrosa.